Add parallel Print Page Options

Los ojos de Elí eran tan débiles que casi estaba ciego. Una noche estaba descansando en cama mientras Samuel descansaba en el santuario del SEÑOR donde estaba el cofre de Dios. La lámpara de Dios todavía estaba encendida. El SEÑOR llamó a Samuel y él contestó:

—Aquí estoy.

Read full chapter